Novela en desarrollo, paciencia por favor.

A la derecha aparece una lista de capítulos, comenzar por 1.a, 1.b, 1.c, 2... etc ^^

Todos sus comentarios serán bienvenidos :D

20/10/11

11.a


Gonzalo Vallejo abrió los ojos sobresaltado y se encontró sumido en una pegajosa penumbra color verde, los latidos que atropellaban su pecho lo retrotrajeron a otro despertar en que el miedo se instalara en su cuerpo y ya no lo dejara volver a pensar en paz. Se incorporó en la cama sobre la que reposaba y escudriñó a su alrededor. No tenía ni idea de dónde se hallaba. La habitación era pequeña, había una ventana con cortinas que apenas dejaban pasar la luz del día que terminaba o recién comenzaba, Gonzalo no podría asegurarlo. Hizo a un lado las sábanas y observó su torso desnudo preguntándose qué habría sido de sus ropas, intentó levantarse pero el mundo giró de repente haciéndolo trastabillar y empujar contra la pared lo que ahora descubría era una camilla. Una puerta se abrió de repente y alguien acudió en su ayuda.
El olor del alcohol concentrado bajo su nariz obligó al mundo a enfocarse y quedarse quieto. Gonzalo parpadeó repetidas veces hasta reconocer el rostro que lo observaba. Samantha sostenía el algodón con alcohol y la nuca con la otra mano; su gesto, mezcla de preocupación y aburrimiento, disparó imágenes en la cabeza de él.
¿Puedo pasar, por favor? Recordaba haber seguido sus instintos, como solía hacer demasiado seguido, pero esa vez habían sido unos muy básicos. Él había estado más desnudo que ahora, excepto por una toalla, y los ojos de ella fueron demasiado osados. La osadía no tardó en contagiársele a las manos y trepar hasta la misma boca cuyo gesto nunca había sido otro que de desprecio. En aquel momento sus labios se habían entreabierto para dar una orden clara y concisa. Cogeme. El cuerpo de Samantha desnudo encaramado sobre el suyo no dio lugar a malinterpretaciones y pese a no ser muy adepto a seguir órdenes sin cuestionarlas ese día su cuerpo lo traicionó.
Gonzalo sintió una erección renacer entre las sábanas y pensó que era mejor no recordar del todo la escena o tendría un vergonzoso accidente frente a la misma mujer que terminó de vestirse, dio media vuelta y abandonó su departamento sin dirigirle una palabra ni una sola mirada. Terrible contraste el del silencio con los gritos que los envolvieran minutos atrás. Apretó los párpados con fuerza intentando concentrarse en otra cosa que no fueran gritos de placer. No le resultó difícil, le vino a la cabeza el único grito que podía borrar de un zarpazo cualquier vestigio de deseo sexual que ocupara su mente.
-Gracias -dijo en voz alta sin dirigirse a Samantha pero no preocupándose en aclararlo tampoco.- ¿Qué pasó?
Los ojos azules que lo observaban detrás de aquellos anteojos carecían del don de la empatía, por más que estuviese vestida casi como una enfermera, esa mujer jamás podría parecer piadosa. Tiró el algodón a la basura y le respondió con voz cortante:
-Te desmayaste.
Parecía suficiente explicación para ella, puesto que comenzó a encaminarse hacia la puerta y cuando él la sujetó por la muñeca sin demasiada fuerza la mirada de reproche que le dirigió fue muy parecida al odio. Gonzalo se descubrió pensando cómo no se le había congelado la pija después de cogérsela esa tarde un millón de años atrás. Se respondió que al menos por un momento había sido un cálido y húmedo espejismo.
-¿Dónde estoy? -era lo mínimo que reclamaba saber, no quiso que sonara como una demanda, así que la soltó.
-En el 11 “B” -fue todo lo que respondió antes de desaparecer tras la puerta, dejándolo con la fugaz imagen del dragón que había montado sin dudas ni remordimientos después que ella ordenara: por atrás. Pese a las circunstancias actuales Gonzalo no pudo evitar que empezara a ponérsele dura de nuevo. Por fin descubría adónde iba a parar toda la sangre que huía de su cerebro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario